La Cooperación, vía de reducción de costes

Francisco Gutiérrez

Director de Deployment



El entorno competitivo en el que estamos inmersos hace que las empresas se vean abocadas a exprimir todas las opciones posibles para mejorar su situación. En general muchas de ellas apuestan por fórmulas de reducción de costes, otras estimulan la calidad del producto o servicio, algunas se orientan hacia la diferenciación, etc. En cualquiera de los casos, la mayor competitividad, la diferenciación o bien el propio desarrollo de la actividad de la empresa requiere utilizar diversos recursos clave que, sobretodo ahora mismo, son escasos.

En consecuencia, la obligatoriedad de estar bien atento a las (muchas) oportunidades se acentúa aún más si cabe. Ninguna organización puede permitirse “el lujo” de no abordar proyectos o realizar su actividad de manera poco efectiva por la razón de que sus recursos propios no le permite mayor desarrollo. En esta consideración obviamente no deben contemplarse sólo los recursos económico-financieros sino también otros vitales como los tecnológicos, los de distribución comercial, de reputación o marca, etc.

Entonces, si hay oportunidades aún por explorar, y la explotación de éstas requieren recursos, y la empresa no dispone de ellos,…¿significa esto que hemos de dejar pasar oportunidades para ser más competitivos o diferenciales? ¿no existe ninguna manera de disponer de ellos?... ¿Y si ampliáramos el foco?, ¿Y si buscamos compartir recursos con otros?

Algunas claves que la empresa; es decir, sus líderes, deberían considerar en su enfoque de colaboración para compartir recursos son:

Clave nº1. Perder el miedo, plantearse las posibilidades que se podrían alcanzar junto a otros, comenzar por pequeños logros de bajo riesgo (y bajo beneficio) con el fin de establecer una dinámica regular. Evitar en lo posible arrancar esta dinámica con grandes proyectos que generarán grandes beneficios. Posiblemente cuanto más grande sea la iniciativa seguramente contará con más variables de incertidumbre y en consecuencia, soportará mayores dosis de riesgo.

Clave nº2. Para poder aprovechar las bondades que genera la colaboración una empresa debe ser permeable y abierta a emprender proyectos en colaboración con clientes, proveedores, otras empresas, etc. Un aspecto clave en esta cuestión es la alineación con la colaboración de las personas con mando de la organización. Debe ser del 100%, sin fisuras, y por supuesto con vocación de continuidad.

Clave nº3. En la relación con los otros aliados, siempre deben primar los principios de confianza y de “ganar-ganar” (ganando las dos partes, y no una dos veces…). Abandonar el planteamiento de negociación competitiva y dejar de pensar en que cuanto más trozo de tarta gana mi partner, menos tomo yo. Las relación deben contemplar una ganancia en todos los planos temporales; es decir, no sólo en el corto plazo, sino también en el medio y en el largo.

Clave nº4. La colaboración tiene sentido cuando es un medio para conseguir un fin. Alcanzar un fin sólo es gestionable a partir de planteamiento de objetivos concretos, de la programación de acciones específicas y de la medición y optimización de resultados. En otras palabras, los acuerdos de colaboración deben ser contemplados bajo el ciclo de Mejora Continua, especialmente en su fase de Optimización, de tal manera que genere aún más beneficios futuros en espiral.