Durante el acto de clausura, el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha reconocido que “la caída industrial” en Europa es “una evidencia y preocupación”. Por ello, ha apostado por frenar la desindustrialización. Ha recordado que a principios del siglo XXI la industria representaba el 21% del PIB y que ahora es el 15%.
No obstante, ha señalado que los datos de 2013 apuntan a un “cambio de rumbo”, que “hay que consolidar”. Por tanto, ha apostado por actuar disminuyendo costes laborales, financieros, energéticos, fiscales y sociales; aumentar el gasto en I+D+i; mejorar la dotación de capital humano; e incrementar el número de patentes de bienes manufacturados.
Soria ha destacado que un sector llamado a desempeñar una función más importante es el de las telecomunicaciones y la sociedad de la información. Una “herramienta esencial” para el desarrollo de la economía digital. Ha subrayado que en esa reindustrialización “tendrá más importancia la industria 4.0 y la interacción entre máquinas convencionales y tecnologías que permitan analizar grandes cantidades de datos en tiempo real”.
Ha remarcado que la industria del futuro se basará cada vez más “en el conocimiento”. Estima que la Unión Europa “no puede renunciar a ser una potencia industrial mundial” y ha abogado porque no siga exigiendo “unos extracostes en los que no concurren sus competidores”.
Soria ha señalado que hay que persistir en el proceso reformista, algo que seguirá haciendo el Gobierno central. Cree que será la “mejor garantía para que la incipiente recuperación se convierta en definitiva”.
Por último, la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, cree que Europa no puede ni debe retrasar el “proceso de globalización del conocimiento”. Estima que debe sumarse a él decididamente porque “ese proceso está generando una nueva revolución industrial donde Europa pierde protagonismo”.
Ha señalado que si se quiere recuperar el peso económico, político y cultural que se tuvo es necesario establecer una “relación eficiente con la gestión del conocimiento y con su transformación en industria de alto valor añadido”.
Una industria “generadora de empleo estable y de calidad y capaz de fortalecer las estructuras económicas y sociales que son indispensables para el sostenimiento del modelo del bienestar”.
Ha subrayado que el trabajo de las administraciones debe ser facilitar que las empresas y las industrias hagan lo que necesitan hacer “para consolidarse y para crecer en Europa”.
Palacio de congresos Expo de Zaragoza, 4 de abril de 2014
